jueves, 31 de julio de 2014

El Dificulto

Lo dificulto. Dos sentidos tiene esta expresión. Uno: lo veo difícil. Otro: le pongo dificultad, lo trabo. Hay quienes dificultan en un sentido y quienes dificultan en el otro. Y hay también Seres Dificultos, Dificultosos Integrales, personas que, temerosas, timoratas, desconfían de las posibilidades de todo y, además, cuando a pesar de ellos algo logra ser echado a andar, se dedican a trabarlo con infinidad de peros, de problemas imaginarios, de preocupaciones que nada suman, ni restan, solamente truncan. Conocí a uno, le decíamos justamente El Dificulto. Su frase típica era, más bien, un mero ruido, un monosílabo muy chileno por lo demás: Eeeh. No era el típico Eeeh de quien piensa o vacila en un punto antes de pronunciarse sobre algo; tampoco era el Eeeh característico del que se esfuerza en rescatar de la memoria auditiva inmediata lo que el interlocutor le acaba de decir; era el Eeeh de quien está pensando en cuál detalle inconducente y aburrido detenerse como primera tentativa para dificultarlo todo, y así la nada reina, la nada anda, la nada nada.

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