El Dificulto
Lo dificulto. Dos sentidos tiene esta expresión. Uno: lo veo
difícil. Otro: le pongo dificultad, lo trabo. Hay quienes dificultan en
un sentido y quienes dificultan en el otro. Y hay también Seres Dificultos, Dificultosos
Integrales, personas que, temerosas, timoratas, desconfían de las
posibilidades de todo y, además, cuando a pesar de ellos algo logra ser echado
a andar, se dedican a trabarlo con infinidad de peros, de problemas
imaginarios, de preocupaciones que nada suman, ni restan, solamente truncan.
Conocí a uno, le decíamos justamente El Dificulto. Su frase típica era, más
bien, un mero ruido, un monosílabo muy chileno por lo demás: Eeeh. No era el típico
Eeeh de quien piensa o vacila en un punto antes de pronunciarse sobre algo;
tampoco era el Eeeh característico del que se esfuerza en rescatar de la memoria auditiva inmediata lo que el interlocutor le acaba de
decir; era el Eeeh de quien está pensando en cuál detalle inconducente y
aburrido detenerse como primera tentativa para dificultarlo todo, y así la nada
reina, la nada anda, la nada nada.
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